jueves, 30 de diciembre de 2010

Demuestran el aprendizaje subliminal en el cerebro humano

Tal como argumenta el autor principal del estudio, Mathias Pessiglione, del University College de Londres, no son raros los casos en los que nuestra "intuición" puede producir una mejor decisión que el razonamiento consciente. Esa confianza en la intuición y un buen resultado de ésta pueden depender del aprendizaje asociativo subconsciente entre las señales subliminales presentes en una situación dada y el resultado que produce una decisión. Por ejemplo, un avezado jugador de póquer puede jugar con más éxito debido a que con la experiencia que ha acumulado de muchas partidas anteriores, ha aprendido a asociar los resultados monetarios con las manifestaciones conductuales subliminales de sus oponentes.
19 Oct 2008 | SOLOCIENCIA.COM

P
ara investigar este fenómeno, Pessiglione y sus colegas crearon pistas visuales a partir de símbolos abstractos. La percepción visual consciente se evaluó mostrando dos de las señales camufladas y preguntando a los sujetos si percibían alguna diferencia. Los investigadores razonaron que si los sujetos eran incapaces de percibir correctamente cualquier diferencia entre las señales camufladas, entonces también eran incapaces de elaborar representaciones conscientes de las asociaciones entre una señal y un resultado.

En el siguiente conjunto de experimentos, los sujetos realizaron una tarea que llevaba incorporada un condicionamiento subliminal, y en las que se empleaba el mismo procedimiento de señales camufladas, aunque ahora esas señales se emparejaban con resultados monetarios. Usando esta metodología, los investigadores observaron que los premios y los castigos asociados a cada señal subliminal guiaron las respuestas conductuales e incluso las preferencias condicionadas hacia las señales abstractas que los sujetos no podían ver conscientemente.

Los investigadores escanearon el cerebro de los sujetos mediante resonancia magnética funcional, obteniendo así imágenes en las que pudieron investigar los circuitos específicos del cerebro asociados al condicionamiento instrumental. El estriado ventral respondió a las pistas subliminales y a los resultados visibles de una manera que se aproxima mucho a la del algoritmo informático usado por los investigadores. La conclusión es que aún sin el procesamiento consciente de las pistas contextuales, nuestro cerebro puede aprender el valor de tales pistas por su asociación a resultados positivos, y usarlas para influir sobre nuestro proceso de toma de decisiones.

Diestros ¡usad la zurda!

Imagínate que eres diestro y cuando vas a agarrar algo lo haces con la mano izquierda. Este comportamiento sorprendente lo ha provocado un grupo de investigadores de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.), que explica cómo lo ha logrado en la revista PNAS.

Los científicos, dirigidos por Flavio Oliveira investigaron cómo el cerebro interviene en una de las decisiones más común y fundamental que la gente hace todos los días: la mano que va a utilizar para una acción manual. Mediante estimulación magnética transcraneal (TMS) interrumpieron temporalmente la actividad cerebral de los participantes, en concreto la izquierda y la derecha de la corteza parietal posterior (PPC), una región del cerebro asociada con la planificación del movimiento y el procesamiento de las relaciones espaciales.

La acción de la TMS en el lado izquierdo de la PPC alteró la libre elección de la mano, y llevó a utilizar la mano derecha con menos frecuencia que cuando no estaba estimulada.

¿Por qué nos sentimos insatisfechos y qué podemos hacer?

Un estudio del Instituto Gallup (1) sobre prosperidad, estrés, y bienestar explora la relación entre nivel de riqueza y estrés psicológico (entendido como tensión o fatiga). Básicamente, un individuo experimenta estados de tensión cuando se ve desbordado e incapaz de cumplir sus expectativas, objetivos, o necesidades.

Una persona desempleada o con un bajo nivel de ingresos, sin duda, sufrirá estrés por no poder satisfacer sus necesidades básicas. Pero también una persona con un nivel de ingresos medio o elevado es susceptible de sufrir tensión y fatiga mental por varios motivos.

Decidir entre múltiples opciones causa insatisfacción

La riqueza conlleva una sobreabundancia de bienes. Nos abre a un amplio abanico de posibilidades. Esto que a priori es una ventaja, se puede convertir en una causa de tensión para muchas personas. Las actividades que podemos realizar son variadas y numerosas y … TENEMOS QUE DECIDIR. Elegir entre múltiples opciones nos causa estrés y tensión mental.

La persona puede quedarse indecisa y bloqueada y, cuando finalmente elige, tiene la tendencia a darle vueltas. Se queda pensando en las opciones que ha dejado atrás. Se siente dudoso e insatisfecho y esto le impide disfrutar y valorar su elección.

¿Qué se puede hacer? Me voy a centrar en 4 claves.

1.- No postergar la toma de decisiones.

Postergar es dejarlo pendiente para más tarde. Al postergar cargamos nuestra mente (porque en el fondo sabemos que ese tema no está resuelto) y nuestro cuerpo se llena de tensión (dolor de espalda, molestias en las cervicales, dolor de cabeza, fatiga visual,…). Tomamos decisiones desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. En ocasiones, son tantas las decisiones que hemos de tomar que entramos en enredo emocional y nos quedamos paralizados, no hacemos nada. El cuerpo se tensa en incluso en ocasiones nos cuesta respirar. Es importante que nos acostumbremos a decidir con cierta rapidez. Ante una decisión sencilla, haz el propósito de decidir en el momento. Ante una decisión más compleja, busca tus opciones, comprende sus posibles repercusiones y arriésgate a tomar una decisión satisfactoria, que será “la mejor” que has podido tomar en ese momento. Solo así avanzarás.

2.- Una vez hemos tomado una decisión seguir adelante y no darle más vueltas.

Has elegido la mejor opción en ese preciso momento y con los recursos que tenías. Punto. No hay error. Esa decisión concreta que te has atrevido a tomar, te llevará por un camino que es el que has de tomar para aprender y avanzar. Fuera los pensamientos de “Y si hubiera hecho esto o lo otro…”. No sirven más que para crear malestar mental y físico. Te resta fuerza para seguir con tu vida. Darle vueltas y vueltas te deja en el pasado y no te permite avanzar. De tu decisión, quédate con una conclusión sencilla, lo más clara posible y sigue adelante.

3.- Valorar lo que tenemos.

No es conformismo, es valoración en base a nuestra realidad. Haz una lista de las cosas positivas que tienes a tu alrededor. Quizás lo que tienes no es perfecto, pero ¿algo lo es? No se trata de acomodarse y decir esto es lo que hay y punto. Se trata de ver lo positivo que te rodea en vez de estar viendo solo el aspecto que no nos gusta. Tenemos tendencia a enfocarnos en lo negativo. Además, la sociedad nos muestra constantemente personajes que “parecen” tenerlo todo y tendemos a compararnos casi sin darnos cuenta. Gran parte de lo que nos muestran es ficticio (véase el photoshop). El trabajo perfecto, la pareja perfecta, los hijos perfectos, la casa perfecta… simplemente NO EXISTEN. Si hay algo que realmente queremos cambiar o mejorar podemos hacerlo, ¿cómo? poniéndonos objetivos y dando pasos para lograrlos.

4.- Poner objetivos para cada área de la vida.

Objetivos que te ayuden a dirigirte hacia donde quieres y lo que quieres mejorar y lograr. Objetivos para ti, en tu trabajo, con la pareja, con los hijos. Empieza por cosas sencillas. Te pongo algunos ejemplos. Contigo mismo: un hobby o actividad que te guste. Con tu pareja: un tiempo para compartir y hablar de algún tema interesante. Con tus hijos: un tiempo para disfrutar con ellos. La casa: puedes realizar algún cambio en la decoración.

En resumen, para ir ganando en satisfacción sigue estos 4 pasos: ATREVETE A DECIDIR, NO LE DES MÁS VUELTAS A LA DECISION UNA VEZ TOMADA, VALORA LO QUE TIENES, Y PONTE OBJETIVOS PARA MEJORAR Y AVANZAR.

Estar activo y contento para potenciar el logro

n ocasiones, tenemos la idea de que los logros a nivel profesional vienen desde la seriedad extrema y el estar constantemente preocupados. Pensamos que las cosas saldrán solo si estamos serios y malhumorados porque así somos personas más responsables y mejores profesionales… Si sonríes y estás contento, parece que eres poco serio, que no trabajas, e incluso te pueden tachar de irresponsable… y eso no tiene por qué ser así.

Se puede ser un gran profesional que rinde y consigue grandes retos a nivel laboral siendo alguien que sonríe y está contento… y no me refiero a estar sonriendo literalmente todo el tiempo, sino a mantener una actitud general en esa línea, pues es cierto que todos tenemos días mejores y peores.

Vivimos momentos complicados en cuanto a lo laboral. Hay personas que han perdido y están perdiendo sus trabajos… ese es un tema muy serio… Con este artículo solo pretendo aportar mi granito de arena y mi visión ante una realidad que veo en muchas ocasiones (en mí la primera en cuanto me descuido). Tenemos trabajo, llevamos una vida más o menos agradable y, en ocasiones, la enturbiamos nosotros mismos con nuestra forma de pensar y actuar.

¿Qué es estar contento y de dónde viene?

El estado de contento no viene del exterior sino que parte de nuestro interior, de nuestra propia capacidad de movimiento, acción, e ilusión.

El estar contento no es que las cosas salgan como están previstas y entonces yo me pongo contento. El estado de contento se potencia cuando nos cuidamos para sentirnos lo mejor posible, y cuando nos movemos para conseguir nuestros objetivos tanto profesionales como personales.

Estar contentos a nivel interno, nos ayuda a ir alcanzando nuestras metas a nivel externo. Implica no esperar a que las cosas sucedan sino ir dando pasos para que ocurran, y por supuesto, cuando conseguimos algo nos alegraremos y así se irá alimentando un poco más nuestro “estado de contento”.

Ocuparse en vez de preocuparse

La seriedad extrema y la preocupación constante pueden venir de darle muchas vueltas a la cabeza sin actuar, y sobre todo de quedarse en la duda continua, de pensar en los obstáculos que nos vamos a encontrar antes de que aparezcan,… Si piensas en esos posibles obstáculos para estar preparado y actuar, está bien, pero si te empiezas a agobiar pensando en esos obstáculos, eso ralentiza, desgasta, y hace que no avances. Esa actitud te paraliza y te aleja del logro.

El logro viene de tu movimiento y de tu acción. Estar contento y activo, te da impulso para seguir adelante. Te pone en situación de avance y, por tanto, mantener esta actitud te acerca al logro poco a poco.

Cuando estás contento respiras mejor, te sientes más vital y con más ganas de hacer. La persona tiene mayor capacidad para ir resolviendo lo que acontece en su jornada laboral.

Las situaciones que se presentan pueden ser de mayor o menor complejidad pero la persona, al estar contenta y con actitud activa y positiva, podrá resolver mejor. Y así, al ir resolviendo irá tomando fuerza e impulso para seguir adelante con la sensación de que puede hacerlo y sentirá que es capaz de seguir el día con energía.

Hace unos días fui a visitar a un cliente. De entrada, me pareció que ambos estábamos un poco serios y tensos. Nada más llegar, ocurrió una situación un tanto cómica que nos hizo sonreír de manera espontánea y natural. Se creó un entorno amable y la visita fue de lo más agradable y productiva, además de profesional.

En resumen: es muy importante estar activo y contento dentro de lo posible, porque sube nuestra energía y vitalidad. Así haremos más en menos tiempo desde la tranquilidad, iremos avanzando poco a poco, y nos sentiremos mejor.

3 pasos para potenciar tu capacidad de influencia

Hace poco leía en un artículo que uno de los temas que más interesa a las personas a nivel de auto-desarrollo profesional es cómo influenciar o convencer a los demás. Así que, aquí estoy, aportando mi pequeño granito de arena al asunto. Y lo primero que haré será explicar las bases de las que he decidido partir.

* Para mí, influencia es la capacidad de llegar a los demás, y

* creo firmemente en la inteligencia e intuición de las personas.



He sintetizado las conclusiones a las que he llegado en 3 pasos, que considero son claves para crear confianza y aumentar la posibilidad de llegar a influir en los demás. Estos pasos son:

1.- Claridad contigo mismo. Tenerlo claro tú

Para poder convencer a alguien de algo, antes que nada tienes que estar convencido tú. Solo desde ahí, puedes llegar a transmitirlo. Para influir en los demás, primero tienes que tenerlo claro tú.

2.- Expresión clara y concreta

Una vez lo tienes claro tú, simplemente, expón tu mensaje lo más claro y concreto posible.

Las palabras son necesarias en nuestra interrelación. Nos ayudan a relacionarnos y a matizar nuestros mensajes. Ahora bien, muchas palabras, a veces, confunden más que aportan claridad.

Las palabras tienen diferentes connotaciones para unas personas que para otras. Por eso, hay que tener cuidado en no pasarse con las explicaciones porque, en ocasiones, queriendo explicar y justificar, lo que hacemos es enredar y confundir. Así que, las palabras sí, pero cuidado con su uso en exceso.

3.- Coherencia entre la palabra y la acción

Transmitirlo a través de las palabras y de los hechos, y, sobre todo, a través de estos últimos. La influencia viene de lo que transmitimos. Lo que transmitimos es eso que no se ve, pero que está ahí. Acompaña a nuestro discurso todo el tiempo, nos demos cuenta o no. Se trata de alegría, claridad, calma, firmeza,… y demás aspectos que tenemos a nivel interno y que salen al expresarnos.

Para poder llegar a las personas (transmitir) es necesario que nuestro discurso externo (las palabras) y nuestra energía interna (lo que vivimos en nuestro interior) estén alineados, tengan una coherencia.

La palabra vacía, que no está apoyada con hechos, al final ni llega ni se sostiene en el tiempo. Lo que realmente llega es la coherencia de esas palabras a través de nuestros actos y nuestras vivencias. La coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos, entre lo que hacemos y lo que decimos.

La palabra puede ser efímera. Los hechos son contundentes. Podemos decir, por ejemplo, que somos generosos y, luego, actuar o no actuar de esta manera. Lo que cuenta, sobre todo, es lo que hacemos.

Conclusión:

Una vez lo tienes claro tú, lo expresas de manera clara y concreta y lo apoyas con hechos reales, entonces, se empieza a generar un entorno de confianza y es en ese momento, cuando los demás deciden, o no, que les llegue tu mensaje.

La resiliencia: un paso en la oscuridad

Vivimos inmersos bajo modelos culturales cimentados en la superficialidad y el banalismo de la vida, donde pareciera ser que como por arte de magia y de la aplicación de algunos preceptos facilistas , tuviéramos asegurado el futuro para nuestras vidas.

Conviene para esto observar la manera cómo las principales cátedras administrativas se fundamentan en fortalecer ante todo las competencias para mejorar la productividad, la competitividad, el atesoramiento y la búsqueda del éxito personal, o percibir la manera cómo los medios de comunicación se soslayan ofreciendo soluciones superficiales, garantizando el encuentro con la plenitud, la felicidad y la armonía, incluso a través de programas y concursos donde aún se puede ganar con ardides engañosos, faltos de ética, que van en contra de la dignidad de los otros concursantes y la integridad del público en general.

Ahora bien, es fácil observar cómo aún dentro de nuestros sistemas educativos, tanto en el ámbito de la educación media como en la profesional, se siguen premiando principalmente las mejores notas, los mejores promedios y las mejores presentaciones personales alcanzadas dentro de un marco unidisciplinar, en busca de la especialización, como garante de un futuro promisorio, ¡claro! sin ignorar que se estén haciendo ingentes esfuerzos por sobrepasar esas barreras individualistas y auto-deterministas, pero olvidando, tal vez, que una sociedad se construye sobre valores inclusivos, donde también tenga cabida la proyección social, los aportes inter y trans-disciplinares y la posibilidad de abrirse al co-aprendizaje.

Valdría la pena revisar el concepto que manejamos sobre lo que significa la calidad de vida, sobre qué valores la queremos construir y cuáles son los indicadores o estándares que nos demuestran su mejoramiento; seguramente y en la mayoría de los casos le vemos asociada con la consecución de una cantidad de cosas, bienes, servicios y hasta sensaciones que nos ayuden a sentirnos bien, a nosotros y a los seres que amamos, por supuesto, como idealizando un sistema infalible que nos provea de seguridad y nos avale una vida próspera y perdurable.


¿Acaso somos dueños de nuestras vidas?
¿Será que queriendo evitar el dolor, haremos que éste desaparezca?
¿Somos islas autónomas e independientes, en medio del universo?
¿Nuestros planes son tan infalibles?



Miles, millones de personas en el mundo y a través de la historia de la humanidad, han visto cómo sus vidas y las de sus familias han cambiado en un instante, a partir de una experiencia traumática, llena de dolor y sufrimiento, un accidente, una situación que quedó fuera de control, donde en muchos casos ya no era problema de la sabiduría de la ciencia, ni de la falacia del poder, ni de las riquezas o el dinero, convirtiéndose esta experiencia en un acto transformador, vital, relevante, que los confrontó con su propia realidad, una para la cual, seguramente, no estaban preparados.

¡Tan sólo basta un segundo, para cambiar el rumbo de toda una vida!

Es ineludible y a la vez pertinente analizar con atención cómo queriendo auspiciar con las mejores intenciones la búsqueda de un mejor porvenir, podemos caer en medio de una falacia, una trampa, una ilusión inexistente, no que no sea necesario prepararse o estudiar, o buscar la forma de alcanzar un mejor ambiente para vivir, ni mucho menos de no tratar de administrar lo mejor que se pueda nuestras vidas o dejar de soñar y anhelar mejores rumbos, ¡no, por supuesto que no!; sino más bien recordar y tener en cuenta que así como es importante disponerse para el éxito, palabra directamente asociada con el TENER, también es necesario comprender nuestra fragilidad y nuestra predisposición al dolor, al error, a la frustración, a la muerte, situaciones latentes, inherentes a la vida, concepciones fundamentales asociadas con el SER y el TRASCENDER, no como un acto más de egoísmo y de superficialidad, sino como herramienta fundamental para construir una vida dentro de un concepto de integralidad y de consciencia.

Pero:


¿Cómo prepararse para superar el dolor y el sufrimiento?
¿Estamos listos para confrontar lo inesperado?
¿Qué se puede hacer desde el sector educativo?
¿Qué herramientas se pueden ofrecer desde la familia?
¿Cómo lograr fortalecer fibras internas, que aún no conocemos?



La resiliencia es un acto de fe, de optimismo, de confianza, de que a pesar de las situaciones de desasosiego y adversidad en la que nos encontremos, vamos a recuperar nuestras fuerzas, tarea asociada con la nueva forma en que asumiremos nuestro diario vivir, a la nueva y más trascendental manera en que nos relacionaremos con el mundo en el que vivimos y que a pesar de todo lo que haya sucedido, o esté sucediendo, podremos recuperar nuestra existencia y encontrar una salida victoriosa.

“El vocablo resiliencia trae su origen del latín, en el término resilio que significa volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar. La resiliencia es un término que proviene de la Física y se refiere a la capacidad de un material de recobrar su forma original después de haber estado sometido a altas presiones.

Por analogía, en las ciencias humanas se comenzó a utilizar esta palabra para designar la facultad humana que permite a las personas, a pesar de atravesar situaciones adversas, lograr salir no solamente a salvo, sino aún transformados por la experiencia.”

Así pues sería importante de manera personal, desde la familia y el ámbito educativo, reaprender a:

* Valorar lo que es esencial en la vida, desde el valor de la vida misma
* Dar y recibir afecto y cariño, ante todo a los niños desde su temprana edad.
* Agradecer sobretodo los detalles que parecen ser los más pequeños.
* Fortalecer la autoestima, como ser humano íntegro, seguro y capaz de salir avante.
* Ser capaz de elegir con un criterio que incluya el pensamiento diferente.
* Reconocer las limitaciones que hay que aceptar.
* Valorar la vida espiritual, la fe y los valores trascendentes.
* Comprender que la muerte hace parte de la vida.
* Que hoy es el día para perdonar y amar (Acto de entrega incondicional).
* Reconocer, atender y valorar sus logros y habilidades.
* Promover la formación de redes de apoyo y ser parte activa de ellas.
* Desarrollar la habilidad para encontrar significado a las experiencias de la vida.
* Generar oportunidades para el desarrollo de habilidades para la convivencia.
* Esperar y comprender que la vida se compone de ciclos.



Todo tiene un momento y un lugar, hasta el dolor y la adversidad, pero recordemos que luego de la tormenta viene la calma y que los minutos más oscuros de la noche son los minutos antes de empezar a amanecer.

Gracias por seguir ahí, luchando por la vida, por tu ejemplo, por tu fuerza, por tu verdad.

¡Ánimo, sigamos adelante, paso a paso, con fe, esperanza y amor!

¿Miedo a no lograr las metas laborales que te asignan? Qué hacer para manejarlo

Resumen: muchos ejecutivos con posiciones de mando se enfrentan a la realidad del miedo, el temor, la incertidumbre o la duda de fallar en la consecución de las metas que se les asignan. Lee este artículo para que aprendas por qué sucede esto y cómo desarrollar formas más saludables de manejarlo.

Palabras clave: miedo, ejecutivos, metas, influencia, poder, equipo de trabajo, resultados, éxitos, autoestima.

El miedo, desde el punto de vista emocional, tiene como intención protegerte de alguna amenaza a tu alrededor. Si te avisan en tu oficina se está incendiando, el miedo te preparará física y mentalmente para huir y salvar tu vida.

Pero también existen los miedos psicológicos. Son aquellos que se generan cuando no existe una amenaza real en tu entorno, pero lo sientes cuando te asignan una meta a lograr y temes fallar, temes no poder lograrla, quedar como incompetente ante los demás y perder tu valor como persona y como trabajador.

En principio, la intención de este miedo que generas es protegerte de todas estas experiencias, pero, desafortunadamente, también te traerá como consecuencia parálisis, evitarás correr riesgos, tomarás decisiones con inseguridad, te mostrarás inhibido, lo reflejarás ante tu equipo de trabajo y no obtendrás poder e influencia frente a ellos.

El resultado: se te hará aún más difícil llegar a las metas laborales que te asignen.

El origen de esta limitante se debe a que en el fondo se tiene poca confianza en sí mismo, una baja autoestima. Se duda de las propias aptitudes y recursos para poder lograr con éxito lo que nos proponemos o lo que nos asignan, por muy buenas intenciones que tengamos.

Entonces tu trabajo principal lo debes centrar en reforzar tu auto concepto, la imagen que tienes de tu persona, enfatizar tus talentos y virtudes ante tus propios ojos y procurarte mucho reforzamiento que te ayude a construir una sólida base dentro de ti mismo.

Algunas acciones que te ayudarán a ello son las siguientes:

1. Elabora un inventario de tus cualidades y talentos. Lee este inventario todos los días y procura profundizar sobre una cualidad a la vez cada día.

Vamos a suponer que eres cálido en tu trato. Busca en el diccionario qué significa la palabra calidez. Idea tres maneras en que proyectarás esta cualidad el día de hoy. Al final del día vuelve a recordar cómo llevaste a la práctica esta virtud y llénate de orgullo por ello.

Luego realiza el mismo procedimiento con tu siguiente cualidad. El objetivo es que vayas robusteciendo tus talentos frente a ti mismo.

2. Lleva un diario de éxitos. Escribe, de ser posible todos los días, todas aquellas pequeñas y grandes cosas que te hicieron sentir seguro y exitoso durante el día. Al cabo de una semana lee todo lo que escribiste y evoca en tu mente lo bien que te sentiste en esos momentos.

La finalidad de este ejercicio es que hagas conciencia de que tienes el potencial de logro dentro de ti mismo. Si lo pudiste hacer una vez significa que lo puedes hacer dos veces.

3. Entrevístate con otros ejecutivos exitosos o que admires. Pregúntales qué pasa por sus mentes cuando les asignan una meta o un reto a lograr. Pídeles que te den recomendaciones o tips para afrontar los retos con actitud ganadora. ¡Aprenderás muchísimo de ellos!

4. Realiza visualizaciones. Imagínate cumpliendo tu meta al 100%, lo que escucharás cuando la logres, lo que sentirás. Si tienes problemas para visualizar, entonces escribe en una hoja la experiencia como si ya se hubiera concretado, incorporando en ella elementos visuales, auditivos y emocionales.

Repasa tu visualización o tu escrito de manera constante y disfruta el proceso. De preferencia en un lugar relajado, al despertar o antes de dormir.

La intención de este ejercicio es programar a tu cerebro hacia el éxito. Cuando uno tiene miedo, lo primero que le viene a la mente son escenas dramáticas, ocurriendo lo peor, por lo que el problema se agudiza aún más. Entonces hay que educar a la mente para que piense en positivo, dirigiéndola hacia lo que quiere, no a lo que no quiere.

Se tenaz. El cerebro tiene una gran capacidad de aprender nuevas formas de reaccionar al ambiente, pero la perseverancia te permitirá conquistar las mieles de la victoria.

Entonces la fuerza de tu liderazgo no vendrá desde fuera, sino desde dentro de ti, te sentirás con mayor poder y dominio de tus circunstancias, lo proyectarás de esa manera reflejando un liderazgo fuerte y decidido y tendrás mucha más influencia ante tu equipo de trabajo. Los resultados irán lográndose por sí solos.

¿Quién dice que no se puede?

Las oportunidades

El destino utiliza muchas maneras para conceder sus dones y algunas veces son tan sutiles que hace falta una gran inteligencia y visión para percatarse de su presencia. En otras ocasiones, las oportunidades se esconden y se agazapan para no aparecer antes, porque tienen un tiempo y un lugar para aflorar en la forma que deben hacerlo. Por eso, cuando no se esta con la mente bien alerta y receptiva, las oportunidades se van de largo pues son raudas en su paso por el mundo.

A mucha gente se le presentan oportunidades disfrazadas de desgracias, seguro muchos conocemos de algunas personas a quienes, después de un problema o desgracia, el destino y la actitud con que lo asumieron, los cambiaron totalmente y para bien, dejándolos en mejor posición que la que tenían. Pero si la oportunidad toca el hombro de una persona anodina, insulsa, de poca valía moral y nula mentalidad, la ocasión se pierde. Por eso hay que estar preparados para aprovechar las oportunidades al máximo y lograr, de una llana y simple posibilidad, un éxito rotundo y contundente, duradero y formidable.

Para lograr ubicar a las oportunidades y saber diferenciarlas de los hechos cotidianos y comunes se requiere lo siguiente:


a) Obviamente ¡Buscarlas!. Tal vez te lleguen solas, pero la probabilidad de encontrarlas será mas alta si las buscas. No se trata, como dicen los argentinos, de echarse a la milonga. Para todo hay que fregarse, además, la Biblia lo dice: el que busca, encuentra.
b) No desistir, la búsqueda puede tomar mucho tiempo, aquí también hay que ser muy persistentes. Puede ser que cuando estamos a punto de desistir, la oportunidad ya empieza a asomarse.
c) Hay que saber reconocer las oportunidades porque a veces vienen disfrazadas. Se quitan la careta ante acciones comunes de las cuales, a veces, no esperamos nada. Por ejemplo ayudar a una persona desconocida a resolver un problema o una situación que le afecta; iniciar una platica amable con un desconocido en una sala de espera o en un elevador; hacer un viaje del que no esperamos obtener nada pero que es indispensable que lo hagamos, incluso a veces de manera forzada.
d) Mostrarse sereno, seguro y afirmativo lo cual nos ubica entre los que tienen el mando como su elemento natural.
e) El trato dirigido para que, cuando alguien trate contigo, desentrañe en el diálogo todo lo que vales en aspectos como seguridad, conocimiento, cumplimiento, solvencia moral por lo cual te pudiera recomendar para los encargos en los que se requiera una presencia como la tuya.



Si, las oportunidades viajan sin parecerlo, pero alguien que tenga la mente abierta las puede descubrir y decir “este es mi momento”, “llegó la hora”, “de aquí soy” o como dijera Arquímedes: “Eureka”, Claro que las oportunidades te pueden llegar sin que tengas que poner en práctica las cuatro acciones anteriormente recomendadas. Puedes triunfar tú solo, primero hallándote a ti mismo, sabiendo quien eres, que deseas y hacia donde vas y después encontrando los elementos con los que lucharas.

La mayor parte de las veces, las oportunidades se presentan acompañadas de arduo trabajo. Alguien decía que si creía en la suerte ya que había notado que entre más trabajaba, más suerte tenía. Las oportunidades, casi siempre traen la etiqueta con el precio y ahí es donde la mayor parte de la gente se desanima, se les hacen caras, las quieren fáciles, sin costo y sin esfuerzo. Prefieren no verlas. Hay que aferrarse, pegárseles como chicle, seguirlas de día y de noche, sin tregua, sin desanimo, encontrada la oportunidad, no hay que soltarla.

En el afán de encontrar las oportunidades, debemos distinguir entre vivir, sobrevivir y vegetar.

Vivir, es disfrutar la existencia en todas sus bondades y sinsabores, esto último no por ser masoquistas, sino porque los reveses también nos dejan algo y nos enseñan, nos forman y nos hacen acumular experiencia. Agradecer el haber nacido, el estar sano, saborear la esperanza, disfrutar el éxito y disfrutar los gratos recuerdos. Vivir cada dìa como si fuera el èltimo de nuestra existencia.

Sobrevivir, es vivir hoy sin responder por el mañana, es comer hoy, y mañana, quien sabe. Sobrevivir es la antivida. Es no querer esforzarse por labrar un futuro, es derrotarse sin haber peleado, es aventar la toalla, es nadar “de muertito” para dejarnos llevar por la marea..

Vegetar es vivir por vivir, una vida vegetativa es vivir sin sentido. Ser por el solo hecho de ser, que es como no ser. Como cuando se cae en las drogas. Vegetan los locos, los inanes, los vacíos, los reos sin ocupación los vagos atenidos, los malvivientes. La raya que separa el vegetar del morir es muy difusa.

Vivir como se ha descrito, es otra de las condiciones para encontrar las oportunidades. Ahí están, sal a buscarlas, encuéntralas.

Endorfinas

Endorfinas
En la década de los setenta, se descubrió un planeta al cual se le bautizó con el nombre de Quirón. Los astrólogos le adjudicaron a Quirón el símbolo de la llave y dicen ellos que este planeta viene con una enseñanza precisa: cuando creemos estar ante un muro infranqueable, allí se halla la salida, nuestras mas sombrías adversidades son nuestras mejores oportunidades o, viéndolo de otro modo, nuestro peor enemigo puede convertirse en nuestro mejor aliado si sabemos manejar las situaciones que se nos presentan.

Podría parecer frívolo hablar acerca de la felicidad, la autosatisfacción personal o la sensibilidad estética cuando estamos concientes de que a nuestro alrededor gravitan problemas económicos, falta de desarrollo, falta de empleos, la lucha cruenta de las empresas por la supervivencia y miseria y desánimo en muchos de los mexicanos que cada día ven más lejos la solución a sus problemas. Cierta o no la astrología, Quirón tiene razón con la enseñanza que se le atribuye en el párrafo anterior, a ella hay que agregar que la mayor parte de la solución a nuestros problemas depende de nosotros mismos, como individuos y como sociedad. Pero ¿Cómo afrontar las situaciones de reto cuando no tenemos el ánimo para ello? Observe usted a la gente en la calle, en su trabajo, en sus diversas actividades diarias y podrá notar que la inmensa mayoría tiene un aspecto de preocupación o en el mejor de los casos, de indiferencia por concentrar sus pensamientos en sus propios problemas; son pocas las personas que podemos notar con facilidad que irradian optimismo, esperanza, buena disposición y alegría. Haga usted la prueba, ¡cuéntelas!. Además de la actitud correcta, está científicamente comprobado que el organismo de estas personas fabrica muchas endorfinas y la presencia de éstas las hace sentirse eufóricas y felices. Entre los descubrimientos científicos mas importantes de la ciencia moderna se encuentran las endorfinas, las cuales fueron descubiertas por John Hughes y su equipo de científicos de la Unidad para la Investigación de las Drogas Adictivas de Aberdeen. Aquellos instantes felices que todos de una manera u otra hemos experimentado y que muchas veces recordamos como algo muy especial correspondían a momentos en que nuestro cuerpo estaba sintetizando endorfinas. Las endorfinas, además de producir en nosotros una sensación placentera de felicidad, influyen en nuestro comportamiento y son un potente analgésico natural pues alivian el dolor como solo pueden hacerlo las drogas de la familia de la morfina, y pueden incluso prevenir y curar muchas enfermedades pues tienen relación directa con los mecanismos de defensa del organismo humano.

Hay varias formas de generar endorfinas, una de las más eficaces es el masaje o las caricias, que tan placenteras nos resultan. El placer que produce el masaje no es el resultado del masaje mismo sino de la generación de endorfinas que éste provoca. Desde la más remota antigüedad las madres de familia saben por instinto que pueden calmar el dolor de sus hijos con caricias y cariños, y lo mas sorprendente es que funciona. Ello se debe a esas maravillosas drogas llamadas endorfinas. Otros medios para generarlas lo son la acupuntura, los deportes, las técnicas de relajación, la risa, la música, y cualquier otra actividad que nos guste mucho hacer. Las endorfinas son substancias bioquímicas analgésicas segregadas por el cerebro que desempeñan un papel esencial en el equilibrio entre el tono vital y la depresión. De ellas depende que nos encontremos bien o que nos encontremos mal. Visto de otra manera, podemos decir que las endorfinas son agentes bioeléctricos transmisores de energía vital. Nuestro organismo es capaz de segregar esta droga la cual es cientos de veces más potente que la heroína o la morfina, es totalmente natural y carece de efectos secundarios, desafortunadamente, hay gente que se droga para obtener a un alto precio, los mismos estados que podría alcanzar natural y gratuitamente a través de las endorfinas.

Cuando un drogadicto se administra su dosis, está intentando provocar desde afuera, lo que su organismo debería hacer desde adentro. Las primeras veces que se droga, efectivamente, vive una sensación de felicidad y euforia, de relajamiento. De hecho, muchos drogadictos describen esta situación diciendo: “es como unas vacaciones”. Gracias a la droga, se han desconectado momentáneamente con aquello que les proporciona infelicidad. Esto solo ocurre con las primeras dosis pues además de la tremenda intoxicación que se va creando, la capacidad del organismo para segregar y recibir endorfinas va disminuyendo y el drogadicto se encuentra cada vez mas desprotegido ante el dolor y la depresión.

Las endorfinas no se pueden administrar desde afuera, es nuestro propio organismo el que las crea desde adentro, pero si desde afuera le ayudamos y lo estimulamos para que las produzca, nos sentiremos mejor y más dispuestos a enfrentar los retos. En muchas ocasiones, el típico ejecutivo o empresario, acaba su jornada laboral en una situación de stress que le dificulta relajarse por medios naturales y entonces es bastante normal que recurra a las bebidas alcohólicas ya que el alcohol produce una reacción parasimpática de calma y relajación. Sin embargo, la utilización crónica de alcohol, anula la capacidad del cuerpo para mantener el flujo correcto de endorfinas en el organismo.

Algo que nuestros abuelos ya sabían lo es el hecho de que la risa es buena para la salud. Además de reír, tomar las cosas con humor, positivamente, sin proyectar nuestra negatividad, nos ayuda a vivir una vida más plena. La risa nos hace olvidar las preocupaciones y los problemas y encaramos la existencia más positivamente. Una actitud positiva y un cierto toque de humor ante la vida, implica una bioquímica equilibrada que da como resultado una tasa normal de endorfinas en nuestro cuerpo y lógicamente, de defensas y de capacidad de sensación de felicidad. Una simple sonrisa emite una información que hace que el cerebro genere endorfinas.

Para ser felices hemos de saber colocarnos por encima de ese espejismo que llamamos realidad, hemos de estar por encima de las dificultades que el destino nos depara y para ello, el sentido del humor nos ayudará. A veces la vida se presenta tan llena de problemas y contrariedades que nos sentimos incapaces de reaccionar, parece como si nos faltaran las fuerzas y así, es más fácil ceder ante la angustia o la depresión que reaccionar, es entonces que debemos comenzar a estimular nuestro cuerpo para que genere endorfinas. Nuestra capacidad para desarrollar una conciencia receptiva agudizada que nos haga vivir más plenamente la vida y aprovechar al máximo las oportunidades que ésta nos brinda, es la base de nuestra felicidad y el secreto se encuentra en las endorfinas.

Estimados lectores, ¡droguémonos con la vida!, ¡droguémonos con nuestras propias endorfinas!

Suerte te dé Dios

La “suerte” es una mezcla de preparación, búsqueda de oportunidades y de constancia. Nadie nace con suerte; tras ocho años de profunda investigación con cientos de personas afortunadas y desafortunadas, el Dr. Richard Wiseman, psicólogo ingles, colaborador de la BBC de Londres y de los diarios The Daily Telegraph y The Guardian, llegó a la conclusión de que muchas personas saben como atraer y aprovechar al máximo la buena fortuna. El trabajo del Dr. Wiseman implicó la realización de entrevistas con muchas personas consideradas enormemente afortunadas o desafortunadas; encontró que las personas afortunadas, consciente o inconscientemente utilizan cuatro principios básicos para atraer la suerte o para mejorarla o incrementarla.

Para conseguir voluntarios para su investigación, el Dr. Wiseman escribió varios artículos para los diarios, mencionando que estaba llevando a cabo una serie de investigaciones y que necesitaba personas que se consideraran con suerte y sin ella interesadas en participar en el estudio. A lo largo de los ocho años se formó un grupo de varios cientos de hombres y mujeres de todas las edades. El más joven es un estudiante de dieciocho años y el más viejo, un contador retirado de ochenta y cuatro. En el grupo se encuentran empresarios, estudiantes, obreros, profesores, amas de casa, mujeres de negocios, médicos, secretarias, vendedores y enfermeras. Con ayuda de este excepcional grupo, poco a poco, descubrió los “secretos” de la suerte:


* Las personas con suerte buscan constantemente y encuentran oportunidades a lo largo de su vida.
* Las personas con suerte están bien relacionadas y conocen gente que de una manera u otra les favorecerá para que les vaya bien.
* Las personas afortunadas descubren en periódicos, libros y revistas, oportunidades interesantes y por ello la “casualidad” siempre les es favorable. En cambio. Las personas sin suerte rara vez tienen éstas experiencias o, si las tienen, les pasan sin darse cuenta de ello.
* La gente con suerte tiene sueños, ambiciones y objetivos, le pone acción a sus deseos y por ello, tiene la capacidad para convertirlos en realidad. Para la gente sin suerte, los sueños y ambiciones se quedan solamente en una ilusión difícil de conseguir.
* La gente con suerte tiene la capacidad de convertir su mala suerte en buena. Si la mala suerte aparece, ellos se mantienen firmes y no se dejan abatir. Las personas sin suerte carecen de ésta habilidad y su actitud ante la mala fortuna lo único que consigue es acentuarla aún más.



Las diferencias entre los dos grupos de gente, con suerte y sin suerte, son impresionantes, ¿Por qué tiene que ser así? En sus experimentos, el Dr. Wiseman ha demostrado que la suerte no está conectada con la capacidad psíquica o la inteligencia. Además, en la investigación se incluyó un experimento con la lotería inglesa, la cual es muy similar al Melate de México y dicha investigación arrojó que cuando se trata de acontecimientos aleatorios, aunque las expectativas de ganar de la gente que se considera afortunada son más altas de la gente que se considera sin suerte, tales expectativas cuentan poco. Alguien que tenga mucha confianza en que va a ganar, tendrá la misma probabilidad de ganar que el que tiene muy poca confianza en ello. Sin embargo, afortunadamente, la vida no es como la lotería. Siempre nuestra actitud influye en los acontecimientos, nuestra resistencia al fracaso y nuestra tenacidad para el éxito marcan la diferencia entre los que tienen suerte y los que carecen de ella y la forma en que nos relacionamos con los demás o como los demás se relacionan con nosotros también es muy importante.

Las personas con suerte propician su buena estrella, la vida de la gente con suerte está llena de oportunidades, lo que le sucede a las personas con suerte es el resultado de la actitud psicológica de este tipo de personas, la forma en que piensan y se comportan las hace más propensas a crear oportunidades, a verlas o a forzarlas. Las personas afortunadas crean y mantienen una sólida “red de suerte”. Se ha comprobado que las personas con suerte son más extrovertidas que las que se consideran desafortunadas; como se señaló anteriormente, las diferencias entre los dos grupos son enormes. La gente con suerte sonríe el doble de veces que la gente sin suerte y su mirada es mucho más franca y directa. Quienes tienen suerte muestran un lenguaje corporal más abierto, miran de frente, no cruzan los brazos ni las piernas y a menudo hacen gestos con las manos abiertas. La gente con suerte utiliza un lenguaje corporal abierto el triple de veces que las personas sin suerte, en consecuencia, mantienen un grupo mucho más numeroso de amigos y conocimientos que la gente sin suerte.

En sus investigaciones, el Dr Wiseman consiguió identificar las cuatro grandes diferencias entre una vida con suerte y sin suerte, son cuatro principios: maximizar oportunidades, seguir las corazonadas, tener expectativas positivas y cambiar el signo de la suerte. Estos principios se subdividen en doce principios; conocerlos nos permite conocer también lo que es la suerte. No hay nada más práctico que una buena teoría, la teoría en la que descansan estos principios y la práctica para incorporarlos a nuestra vida, nos puede hacer afortunados si no lo somos, o darnos más suerte si es que ya la tenemos.

Estimada lector(a), su futuro no está escrito, nadie está destinado a experimentar una cantidad determinada de buena o mala suerte, usted puede cambiar y puede aumentar considerablemente las veces en que se encuentre en el lugar apropiado en el momento oportuno. En lo que se refiere a la suerte, el futuro está en sus manos y comienza a partir de este momento. Hagamos caso del proverbio persa que dice “Corre a despertar tu suerte”.