Porque la religión, como se acepta generalmente, enseña al hombre a resignarse con las condiciones tales como son: le enseña que Dios creó a algunos hombres pobres y a otros ricos. Que esa distribución de las riquezas es una cosa perfectamente natural. Y que no debemos revelarnos contra ella porque todo será compensado en el otro mundo.
Napoleón, cuando fue uno de los Jacobinos, denunció la religión por esa razón. Pero cuando tuvo el poder en sus manos, cuando fue Emperador, entonces encontró que tenía necesidad de esa religión, y por eso estableció la Iglesia en Francia.
Porque, él se dijo, ¿cómo puede la gente sentirse satisfecha sin la religión? Si un hombre se muere de hambre junto a otro que tiene demasiado, ¿cómo puedo esperar que se sienta resignado con su muerte, a menos que crea que su desgracia será compensada algún día?.
La sociedad organizada no podía existir, como el la quería, sin que algunos fueran pobres y otros ricos, y para que los pobres se sintieran satisfechos, tenía que haber una autoridad que dijera: Así lo quiere Dios. Pero ten paciencia. En el cielo encontrarás tu recompensa. TU entonces ocuparás los puestos mas elevados.
Pero el cristianismo no fue fundado para se un arma destinada a proteger a los ricos y a hacer que los pobres se sintieran satisfechos con su pobreza. Por el contrario el cristianismo enseñado por Jesús abre la puerta de todo bien. Y el cristianismo como fue practicado los primeros años, fue una forma ideal de socialismo con beneficios iguales para todos. Nadie era más rico ni mas pobre que sus compañeros. Su credo era el credo de los Tres Mosqueteros: "Todos para uno, y uno para todos".
"Pide y recibirás – dijo Jesús–. Busca y encontrarás".
Y dijo eso no solo a los ricos, sino a TODOS los hombres.
La providencia no acostumbra escoger ciertas familias y ciertos individuos y favorecerlos a costa de los demás. Nos reímos ahora del "derecho divino de los reyes". Y es igualmente ridículo pensar que unos pocos tienen derecho a las cosas buenas de la vida, mientras que los demás tienen que trabajar por ellas.
No hay nada mas injusto que la pobreza. No solo eso, tampoco hay nada meritorio en la pobreza. El solo hecho de que tu eres pobre no te va a ganar el cielo. Por el contrario, tu alma estará tan dominada por la necesidad, tan encogida y arrugada que no podrá elevarse.
"El reino del cielo está dentro de ti". Para mi, eso significa que el cielo está aquí y ahora. Que si queremos la felicidad, tenemos que adquirirla.
La Sibila Cumea ofreció a Tarquino el Soberbio nueve libros a un precio que el creyó exorbitante. Y rehusó comprarlos. Ella quemó tres de los libros, y le ofreció los otros seis por el mismo precio de los nueve. De nuevo el los rehusó. Ella quemó otros tres libros, y le ofreció los tres que quedaban por el mismo precio que había pedido al principio. Esta vez Tarquino los aceptó. ¡Los libros contenían consejos y profecías de gran valor para Roma pero ya no están completos! Lo mismo sucede con la felicidad. Si aprovechas la que se te presente, cuando se te presente, gozarás de toda la que te pertenece en la vida. Pero si dejas para el mañana, cada día significaría un día menos de felicidad que podías haber tenido. Y el costo es exactamente el mismo.
El objeto de la existencia es el CRECIMIENTO. Y tu no podrás crecer espiritual y mentalmente sin la felicidad. Y la felicidad no significa para mí una resignación tímida al a "Voluntad de Dios". La llamada Voluntad de Dios es casi siempre pura pereza de parte del que se resigna. Es la expresión más mas mojigata que se ha inventado para disculpar alguna condición que nadie tiene la habilidad o la energía de corregir.
No –la Felicidad significa el placer y la alegría que todos anhelamos. Todos nosotros la merecemos. Todos nosotros podemos tenerla– , si tenemos la VOLUNTAD y la ENERGÍA de salir a buscarla.
Un trabajo monótono, un sueldo insignificante, nada en el presente, nada en el futuro –Dios no planeó tales vidas. Son obra del hombre– y tú puedes cambiarla en lo que a ti y a los tuyos concierne.
Dios nunca ha causado la pobreza o la enfermedad de un hombre. Mira a tu derredor. Todo en la naturaleza es abundante: en los árboles, en las flores, en todas las cosas que El planeó La única Ley de la Naturaleza es la Ley de la Abundancia. La pobreza no es natural. Es obra del hombre causada por los límites que el hombre se pone a sí mismo. Los dones de Dios están al alcance de todos los hombres del mundo. La diferencia está en tu comprensión de cómo puedes aprovecharte de la abundancia infinita que te rodea.
¿Qué te hace falta?¿Qué es lo que más quieres? Comprende que antes que una cosa pueda existir, tiene que se primero imaginada en la Mente. Comprende también que cuando cierres los ojos y realmente puedas VER esa cosa, ya la has hecho una realidad, has tomado la sustancia invisible que te rodea, y has creado algo. Conserva esa creación en tus pensamientos; concentra tu mente sobre ella; CREE QUE LA TIENES, y con seguridad la tendrás.
Dios es sólo un nombre para la fuente de todas las cosas, invisible y omnipotente. Del aire, la semilla toma las cosas que son necesarias para su crecimiento. Del éter invisible, nuestra mente recibe las ideas que nos permiten llevar a cabo las empresas que significan felicidad y prosperidad par a nosotros. Veamos con los ojos de la mente un hermoso futuro; entonces nuestra mente se sentirá estimulada por la idea de la abundancia, y la abundancia aparecerá, no solo en nuestras vidas, sino en todas partes.
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