jueves, 30 de diciembre de 2010

¿Por qué nos sentimos insatisfechos y qué podemos hacer?

Un estudio del Instituto Gallup (1) sobre prosperidad, estrés, y bienestar explora la relación entre nivel de riqueza y estrés psicológico (entendido como tensión o fatiga). Básicamente, un individuo experimenta estados de tensión cuando se ve desbordado e incapaz de cumplir sus expectativas, objetivos, o necesidades.

Una persona desempleada o con un bajo nivel de ingresos, sin duda, sufrirá estrés por no poder satisfacer sus necesidades básicas. Pero también una persona con un nivel de ingresos medio o elevado es susceptible de sufrir tensión y fatiga mental por varios motivos.

Decidir entre múltiples opciones causa insatisfacción

La riqueza conlleva una sobreabundancia de bienes. Nos abre a un amplio abanico de posibilidades. Esto que a priori es una ventaja, se puede convertir en una causa de tensión para muchas personas. Las actividades que podemos realizar son variadas y numerosas y … TENEMOS QUE DECIDIR. Elegir entre múltiples opciones nos causa estrés y tensión mental.

La persona puede quedarse indecisa y bloqueada y, cuando finalmente elige, tiene la tendencia a darle vueltas. Se queda pensando en las opciones que ha dejado atrás. Se siente dudoso e insatisfecho y esto le impide disfrutar y valorar su elección.

¿Qué se puede hacer? Me voy a centrar en 4 claves.

1.- No postergar la toma de decisiones.

Postergar es dejarlo pendiente para más tarde. Al postergar cargamos nuestra mente (porque en el fondo sabemos que ese tema no está resuelto) y nuestro cuerpo se llena de tensión (dolor de espalda, molestias en las cervicales, dolor de cabeza, fatiga visual,…). Tomamos decisiones desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. En ocasiones, son tantas las decisiones que hemos de tomar que entramos en enredo emocional y nos quedamos paralizados, no hacemos nada. El cuerpo se tensa en incluso en ocasiones nos cuesta respirar. Es importante que nos acostumbremos a decidir con cierta rapidez. Ante una decisión sencilla, haz el propósito de decidir en el momento. Ante una decisión más compleja, busca tus opciones, comprende sus posibles repercusiones y arriésgate a tomar una decisión satisfactoria, que será “la mejor” que has podido tomar en ese momento. Solo así avanzarás.

2.- Una vez hemos tomado una decisión seguir adelante y no darle más vueltas.

Has elegido la mejor opción en ese preciso momento y con los recursos que tenías. Punto. No hay error. Esa decisión concreta que te has atrevido a tomar, te llevará por un camino que es el que has de tomar para aprender y avanzar. Fuera los pensamientos de “Y si hubiera hecho esto o lo otro…”. No sirven más que para crear malestar mental y físico. Te resta fuerza para seguir con tu vida. Darle vueltas y vueltas te deja en el pasado y no te permite avanzar. De tu decisión, quédate con una conclusión sencilla, lo más clara posible y sigue adelante.

3.- Valorar lo que tenemos.

No es conformismo, es valoración en base a nuestra realidad. Haz una lista de las cosas positivas que tienes a tu alrededor. Quizás lo que tienes no es perfecto, pero ¿algo lo es? No se trata de acomodarse y decir esto es lo que hay y punto. Se trata de ver lo positivo que te rodea en vez de estar viendo solo el aspecto que no nos gusta. Tenemos tendencia a enfocarnos en lo negativo. Además, la sociedad nos muestra constantemente personajes que “parecen” tenerlo todo y tendemos a compararnos casi sin darnos cuenta. Gran parte de lo que nos muestran es ficticio (véase el photoshop). El trabajo perfecto, la pareja perfecta, los hijos perfectos, la casa perfecta… simplemente NO EXISTEN. Si hay algo que realmente queremos cambiar o mejorar podemos hacerlo, ¿cómo? poniéndonos objetivos y dando pasos para lograrlos.

4.- Poner objetivos para cada área de la vida.

Objetivos que te ayuden a dirigirte hacia donde quieres y lo que quieres mejorar y lograr. Objetivos para ti, en tu trabajo, con la pareja, con los hijos. Empieza por cosas sencillas. Te pongo algunos ejemplos. Contigo mismo: un hobby o actividad que te guste. Con tu pareja: un tiempo para compartir y hablar de algún tema interesante. Con tus hijos: un tiempo para disfrutar con ellos. La casa: puedes realizar algún cambio en la decoración.

En resumen, para ir ganando en satisfacción sigue estos 4 pasos: ATREVETE A DECIDIR, NO LE DES MÁS VUELTAS A LA DECISION UNA VEZ TOMADA, VALORA LO QUE TIENES, Y PONTE OBJETIVOS PARA MEJORAR Y AVANZAR.

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