jueves, 30 de diciembre de 2010

Endorfinas

Endorfinas
En la década de los setenta, se descubrió un planeta al cual se le bautizó con el nombre de Quirón. Los astrólogos le adjudicaron a Quirón el símbolo de la llave y dicen ellos que este planeta viene con una enseñanza precisa: cuando creemos estar ante un muro infranqueable, allí se halla la salida, nuestras mas sombrías adversidades son nuestras mejores oportunidades o, viéndolo de otro modo, nuestro peor enemigo puede convertirse en nuestro mejor aliado si sabemos manejar las situaciones que se nos presentan.

Podría parecer frívolo hablar acerca de la felicidad, la autosatisfacción personal o la sensibilidad estética cuando estamos concientes de que a nuestro alrededor gravitan problemas económicos, falta de desarrollo, falta de empleos, la lucha cruenta de las empresas por la supervivencia y miseria y desánimo en muchos de los mexicanos que cada día ven más lejos la solución a sus problemas. Cierta o no la astrología, Quirón tiene razón con la enseñanza que se le atribuye en el párrafo anterior, a ella hay que agregar que la mayor parte de la solución a nuestros problemas depende de nosotros mismos, como individuos y como sociedad. Pero ¿Cómo afrontar las situaciones de reto cuando no tenemos el ánimo para ello? Observe usted a la gente en la calle, en su trabajo, en sus diversas actividades diarias y podrá notar que la inmensa mayoría tiene un aspecto de preocupación o en el mejor de los casos, de indiferencia por concentrar sus pensamientos en sus propios problemas; son pocas las personas que podemos notar con facilidad que irradian optimismo, esperanza, buena disposición y alegría. Haga usted la prueba, ¡cuéntelas!. Además de la actitud correcta, está científicamente comprobado que el organismo de estas personas fabrica muchas endorfinas y la presencia de éstas las hace sentirse eufóricas y felices. Entre los descubrimientos científicos mas importantes de la ciencia moderna se encuentran las endorfinas, las cuales fueron descubiertas por John Hughes y su equipo de científicos de la Unidad para la Investigación de las Drogas Adictivas de Aberdeen. Aquellos instantes felices que todos de una manera u otra hemos experimentado y que muchas veces recordamos como algo muy especial correspondían a momentos en que nuestro cuerpo estaba sintetizando endorfinas. Las endorfinas, además de producir en nosotros una sensación placentera de felicidad, influyen en nuestro comportamiento y son un potente analgésico natural pues alivian el dolor como solo pueden hacerlo las drogas de la familia de la morfina, y pueden incluso prevenir y curar muchas enfermedades pues tienen relación directa con los mecanismos de defensa del organismo humano.

Hay varias formas de generar endorfinas, una de las más eficaces es el masaje o las caricias, que tan placenteras nos resultan. El placer que produce el masaje no es el resultado del masaje mismo sino de la generación de endorfinas que éste provoca. Desde la más remota antigüedad las madres de familia saben por instinto que pueden calmar el dolor de sus hijos con caricias y cariños, y lo mas sorprendente es que funciona. Ello se debe a esas maravillosas drogas llamadas endorfinas. Otros medios para generarlas lo son la acupuntura, los deportes, las técnicas de relajación, la risa, la música, y cualquier otra actividad que nos guste mucho hacer. Las endorfinas son substancias bioquímicas analgésicas segregadas por el cerebro que desempeñan un papel esencial en el equilibrio entre el tono vital y la depresión. De ellas depende que nos encontremos bien o que nos encontremos mal. Visto de otra manera, podemos decir que las endorfinas son agentes bioeléctricos transmisores de energía vital. Nuestro organismo es capaz de segregar esta droga la cual es cientos de veces más potente que la heroína o la morfina, es totalmente natural y carece de efectos secundarios, desafortunadamente, hay gente que se droga para obtener a un alto precio, los mismos estados que podría alcanzar natural y gratuitamente a través de las endorfinas.

Cuando un drogadicto se administra su dosis, está intentando provocar desde afuera, lo que su organismo debería hacer desde adentro. Las primeras veces que se droga, efectivamente, vive una sensación de felicidad y euforia, de relajamiento. De hecho, muchos drogadictos describen esta situación diciendo: “es como unas vacaciones”. Gracias a la droga, se han desconectado momentáneamente con aquello que les proporciona infelicidad. Esto solo ocurre con las primeras dosis pues además de la tremenda intoxicación que se va creando, la capacidad del organismo para segregar y recibir endorfinas va disminuyendo y el drogadicto se encuentra cada vez mas desprotegido ante el dolor y la depresión.

Las endorfinas no se pueden administrar desde afuera, es nuestro propio organismo el que las crea desde adentro, pero si desde afuera le ayudamos y lo estimulamos para que las produzca, nos sentiremos mejor y más dispuestos a enfrentar los retos. En muchas ocasiones, el típico ejecutivo o empresario, acaba su jornada laboral en una situación de stress que le dificulta relajarse por medios naturales y entonces es bastante normal que recurra a las bebidas alcohólicas ya que el alcohol produce una reacción parasimpática de calma y relajación. Sin embargo, la utilización crónica de alcohol, anula la capacidad del cuerpo para mantener el flujo correcto de endorfinas en el organismo.

Algo que nuestros abuelos ya sabían lo es el hecho de que la risa es buena para la salud. Además de reír, tomar las cosas con humor, positivamente, sin proyectar nuestra negatividad, nos ayuda a vivir una vida más plena. La risa nos hace olvidar las preocupaciones y los problemas y encaramos la existencia más positivamente. Una actitud positiva y un cierto toque de humor ante la vida, implica una bioquímica equilibrada que da como resultado una tasa normal de endorfinas en nuestro cuerpo y lógicamente, de defensas y de capacidad de sensación de felicidad. Una simple sonrisa emite una información que hace que el cerebro genere endorfinas.

Para ser felices hemos de saber colocarnos por encima de ese espejismo que llamamos realidad, hemos de estar por encima de las dificultades que el destino nos depara y para ello, el sentido del humor nos ayudará. A veces la vida se presenta tan llena de problemas y contrariedades que nos sentimos incapaces de reaccionar, parece como si nos faltaran las fuerzas y así, es más fácil ceder ante la angustia o la depresión que reaccionar, es entonces que debemos comenzar a estimular nuestro cuerpo para que genere endorfinas. Nuestra capacidad para desarrollar una conciencia receptiva agudizada que nos haga vivir más plenamente la vida y aprovechar al máximo las oportunidades que ésta nos brinda, es la base de nuestra felicidad y el secreto se encuentra en las endorfinas.

Estimados lectores, ¡droguémonos con la vida!, ¡droguémonos con nuestras propias endorfinas!

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