En la vida diaria todos hablamos con frecuencia del sexto sentido y lo definimos de manera implícita, sin saber qué es a ciencia cierta. Nos manejamos con criterios intuitivos en el que sexto sentido tiene significados diversos, casi todos ellos acertados, aunque manejados con cierta imprecisión.
Por lo general, entendemos intuitivamente por sexto sentido:
1. La facilidad para captar hechos del entorno que no se manifiestan de manera clara.
2. La intuición muy desarrollada acerca de temas determinados.
3. El instinto de supervivencia que nos hace alejarnos del peligro.
4. La capacidad para prever situaciones futuras.
5. La capacidad para acertar ciertos pronósticos de hechos del porvenir.
6. La posibilidad de entender situaciones complejas que se presentan por primera vez a nuestra experiencia.
7. La capacidad para conocer a una persona al primer golpe de vista y poder prever alguna de sus reacciones, aunque nunca la hayamos visto actuar.
El “sexto sentido” es, por lo tanto, entendido de una manera amplia, y definido sin rigor, una suerte de intuición que está más allá del sentido de la vista, del tacto, del olfato, del oído y del gusto y que nos permite tener conocimiento de diversa índole, con una certeza tan clara como irrefutable.
En efecto, los cinco sentidos parecen ser insuficientes para recibir todo lo que el cosmos tiene para decirnos. Dos ojos, estratégicamente ubicados, nos permiten captar formas y colores como señales que manda el mundo y que se traducen a un código perceptible para el cerebro. Los receptores táctiles distribuidos en toda la superficie de la piel hacen que las texturas, la temperatura y los volúmenes sean percibidos como sensaciones. Otro tanto sucede con los sonidos, los sabores y los olores. Pero nosotros podemos percibir más fenómenos que, sin duda, son captados a través del “sexto sentido”.
Hace ya más de veinte años, científicos de Manchester aseguraron que este sexto sentido estaba relacionado con la orientación. Para demostrarlo, colocaron cascos con imanes a un centenar de voluntarios para invertir el campo magnético normal de la Tierra, mientras otros llevaban imanes falsos. Los portadores de los magnetos verdaderos estaban totalmente desorientados. Pero los otros, los que tenían libertad de recibir las señales terrestres, supieron cómo orientarse. Igual que otros animales que vuelven a su hogar, gracias un mineral de hierro permanentemente magnetizado situado en el cerebro.
Pero también existen otras explicaciones. Cari Yung hablaba de la “intuición” como de una facultad que permitía no solo orientarse, sino también exterminados fenómenos como la clarividencia, la precognición, la retrocognición, la premonición y la telepatía. Vamos a aclarar aquí, como explicación de los fenómenos extrasensoriales Psi-Gamma, que poseemos intuición, pero ésta no es un fenómeno parapsicológico, sino psicológico (por hipersensibilidad: es el inconsciente).
Lo cierto es que parece haber un punto de conexióno varios entre el Universo y el Cuerpo, donde se alojaría un receptor sensible 0 Ciertos mensajes que pasan inadvertidos a los cinco sentidos admitidos como los museos existentes. Pero es mas interesante es que este sentido, que esta desarrollado en forma desigual en todas las personas, puede hacerse más perceptivo y sensible a través de una práctica adecuada.
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